(Poesía de tránsito)
LEÓN
Del tronco podrido del corazón
está creciendo un árbol.
¡Estoy moviendo la tierra
con toda la fiereza de mis raíces!
ANDAR DE CALLE
En las fisuras de la mañana
-a cierta hora del desosiego-
brota festivo el musgo
en su verdor todopoderoso.
En su micropaisaje
que la luz lo enaltece
(comprimido entre la pared y la acera donde ruedan
-a veces- algunos ebrios autos que estampan su caucho
como firma negra de muerte)
nada la sombra lo hace al color del alma muerta nuestra
ni la quejumbre
ni la sombra punzante
del solitario diente de león
que al aire la hierba deja felina
Nada
-a cierta hora del desosiego-
(mientras ando mi paso desempleado)
N A D A
turba la paz de ese bosque perdido
ni el goterón de mi cuerpo apuñalado
ni su sangre a púrpura sol estampa
nada
-ni la muerte-
ofusca al renacido musgo.
Tabasco, 2019.
EXTRANJERO
Tomo mi mochila
decidido a buscar empleo
una mañana
me la cuelgo en la espalda
a pie descalzo
camino por el hambre
acicalado
Tomo mi mochila
y mi sombrero
y al hombro cargo
una pesada mochila
de pena y hambre rellena
Tomo mi mochila
y me llaman extranjero
y voy por el sol
como por mi sombra delgada
porque no basta
un sombrero
o un pañuelo
para cubrir el rostro de todos
que machetea el sol
a tajos grandes
Me llaman extranjero
porque mochila al hombro
camino
pidiendo pan y trabajo
y responden las voces agrias de las piedras
en su lluvia de centellas
Voy caminando mochila a espalda
porque la sed de los ríos se colma en el mar
como los sueños en la almohada
bajo el cobijo del techo
y la mesa que sacia a vianda abierta
Busco lo que el país niega
y desfilo con la bandera de su miseria
porque el hambre es más terrorífica
que la muerte.
(A los que caminantes, a los que emigran y cruzan países por mantener viva la vida).
R.D. Frontera Sur de México. Noviembre del 2018.